lunes, 23 de noviembre de 2009

Los Niños Wichis...

Nuestros niños Wichi, la desnutrición y la educación.


  • Las comunidades actuales presentan graves problemas en el sector salud, de las estadísticas elaboradas por el Hospital zonal de Rivadavia Banda Sur resulta que la mortalidad infantil es, en términos generales, tres veces mayor que la criolla, la mayoría de los casos está relacionada la desnutrición. En ese sentido la población aborigen es tres veces más vulnerable que la criolla.
  • La falta de integración del niño aborigen en la escuela, surge principalmente por la diferencia idiomática: desde que el niño nace escucha su lengua familiar Wichi, ellos desean conservarla ya que es su patrimonio cultural, y en las escuelas hay pocos maestros bilingües.
  • La falta de elementos esenciales para una vida digna como el alimento , las zapatillas, la vestimenta adecuada al clima, la higiene, las condiciones sanitarias (desnutrición), acentúan la problemática y perjudican el aprendizaje del niño aborigen.
  • El 50 % de la población Wichi es analfabeta total, la mayoría de las mujeres y niños no hablan castellano, la escolaridad de los niños es creciente, aún así la deserción es alta por varios factores:
  • De abril a junio los padres suelen migrar a las ciudades más cercanas llevando a toda la familia a la recolección de poroto, caña de azúcar, etc., por lo que los niños se ausentan de la escuela por ese período.
  • De octubre a diciembre llega la época de recolección de frutos del monte, tarea en la que los niños salen con sus madres recorriendo grandes distancias en trayectos de hasta 50 kms. o más, ausentándose del hogar por días o hasta semanas.
  • Permisibilidad familiar que hace que cuando el niño se niega a asistir a la escuela los padres respetan su posición.
  • Problemática relacionales: se da fundamentalmente en las escuelas con población escolar predominantemente criolla: la pobreza con que se viste el niño wichí, siempre descalzo, su forma particular de hablar, sus dificultades para comprender el idioma y sus dificultades para adaptarse a estar sentado, sumado a su sensibilidad hacia las críticas, el recelo que trae desde su casa, el temor, la timidez hacen que ir a la escuela sea una experiencia negativa para el niño wichí por lo que trata de evitarla y lo lleva a desertar rápidamente.

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